Spain of the Dead, (c) Gabriel Cordero Huertas / Dr. Worst

Spain of the Dead, (c) Gabriel Cordero Huertas / Dr. Worst
Con todo el cariño al equipo de rodaje de Juan de los Muertos

miércoles, 1 de abril de 2020

Resistiré hasta el fin … como una momia embalsamada con el cerebro batido en un vaso canope.




Muy mal tienen que estar las cosas para que la prensa publique hoy que una de las tres «buenas noticias sobre el coronavirus» es que Bisbal y Rozalén se unen para cantar «Resistiré» desde sus casas. El «Resistiré» de El Dúo Dinámico. Prefiero quedarme con el “Resistiré” de Barón Rojo

Uno de los mayores riesgos de este nuevo rey de los virus, hasta coronado está, vengo diciendo que es la entropía social. Desorden que puede provocar más muertes directas , e infinitamente más indirectas, y secuelas muy graves y perdurables que la enfermedad biológica misma, que ya ha demostrado que su potencia fue infravalorada, también por mí que en esto he vivido la fantasía de invulnerabilidad, por haber sobrevivido en México DF, 2009, a la pandemia entonces naciente del H1N1 (gripe mal llamda «mexicana» porque no se originó allí). Piensen que hace sólo unos días, Brasil amanecía al borde de un golpe de Estado, o al menos con la amenaza, quizás como globo sonda flotando en el aire. Se hablaba de militares «recomendando» un cambio de presidente, ya fuera por vía de juicio político, o «cualquier» otra fórmula. Lo importante era el transfondo del mensaje, el cambio sería avalado por el ejército, siendo el acto más importante que la fórmula, es decir abriendo puerta un método históricamente bastante común en Iberoamérica para cambiar sistemas políticos. Más cercana, y más preocupante, la situación de Italia, donde del Laccio, para abajo, se están produciendo llamadas a la rebelión, en un clima aderezado por un país que rivaliza con España en cuanto al desastre ocasionado por el Covid-19, el «patrón latino» de desarrollo al que se refería Tortella, parece que es aplicable también al desastre. Nuestros dos países, hermanos, se han puesto a la cabeza en cuanto a muerte y destrucción, y en cuanto a crisis económica que aún no se advierte, simplemente porque no nos dejan salir a la calle para verla. Llamadas a la rebelión en uno de los países más importantes de la UE, en cuanto a población junto con España, ni más ni menos que porque alrededor de medio millón de personas tienen carestía de alimentos. Llamadas a la rebelión, robos, saqueos, asaltos de supermercados, amenazas a los políticos y auge de la mafia.
A veces nos olvidamos, porque nos acomodamos rápidamente, de que estamos viviendo el periodo más largo de entreguerras en Europa vivido jamás (si descontamos las guerras de los Balcanes) y que la tónica en Europa ha sido la guerra casi continua desde la caída del Imperio Romano. En el siglo XX las dos Mundiales y la Civil Española, en el siglo anterior las andanzas delirantes de Napoleón Bonaparte (en nombre de la libertad, como todos) , un siglo más atrás la de los 7 años, otro más la de los treinta, bajando hasta el renacimiento, ya se puede perder la cuenta en intrigas y actos que hoy llamaríamos terrorismo de Estado, y si descendemos a la Edad Media, sencillamente hablaríamos de barbarie. Las comodidades que disfrutamos, esas que desde otros lugares del mundo se creen que son injustamente monopolizadas por nosotros, han costado millones y millones de muertos, convertidos en capital. Pero eso que lo cuente Marx, que lo hace mucho mejor, y cuya lectura vendría muy bien a los «marxistas» contemporáneos. Lo que aquí importa, es sólo recordar, que nuestra aparente situación acomodaticía, se tiene en precario. Y que la crisis o se gestiona bien, o sólo será el inicio de lo que vendrá.
Así las cosas, si la primera víctima de toda guerra es la verdad, en este trance la segunda parece ser la inteligencia. Día a día nos están diciendo que la pandemia se controla, que llegamos al pico, que cambio de tendencia… efectivamente hay un cambio radical en la tendencia a engañar que se exacerba. Ya no se hacen pruebas diagnósticas a casos leves ni a graves, ojo, ni a graves, y la instrucción dada es que no se contabilicen como muertos por coronavirus aquellos a a los que no se les hayan hecho análisis previos. Igualmente no se permite el análisis de los cadáveres, lo cual es razonable por la situación de desbordamiento, pero aún así, cada día hay más muertos. Y en este estado de cosas, ABC publica hoy que hay tres grandes noticias en relación al coronavirus, noticias buenas: la primera ciertamente, aunque irrelevante desde el punto de vista estadístico, se salva un bebé en Italia; la segunda, es una ocurrencia no contrastada ; pero la última, por todos los demonios es que Manuel Carrasco, Bisbal y Rozalén se unen para cantar «Resistiré» desde sus casas. El «Resistiré» de El Dúo Dinámico. Si esta es la buena noticia, muy mal tienen que andar las cosas, y muy cortas las mentes. Yo prefiero quedarme con el “Resistiré” de Barón Rojo, especialmente con estas estrofas: «Por poder nos destruís, suciamente mentís [...]Ordenáis a los profetas, que hablen de la guerra mundíal […] Y queréis hacer creer, que os importa nuestro bien , pero oculta en el disfraz, hay un arma mortal; nos habláis de sumisión, nos pedís resignación, pero no me dejaré engañar … Resistiré …



Pues eso, a resistir, que viene lo bueno.



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