El arroz duplica su precio, la gasolina baja a precios de hace más de una década

¿Qué significa eso? Probablemente que van a cerrar gasolineras a mansalva. Tras los primeros días de "vacaciones" en los que mucha gente se dedicaba a comprar carne y mariscos, muchos se han dado cuenta ya de que esto empieza a ser serio. Y las gasolineras pueden cerrarse y por lo tanto querer liquidar existencias para hacerse con efectivo, y soslayar las previsibles insolvencias de tráfico (nunca mejor dicho, perdonen los contables). Pero los estómagos no cerrarán. Y estamos en un país que ha renegado del uso del campo, prefiriendo la importación de productos baratos y dedicarse al cultivo «ecológico», es decir, de productos de «valor añadido», dicho en lenguaje entendible, de productos elitistas, caros y de lujo, destinados a una minoría que , sin entender una palabra de ciencia, biología , dietética o medicina, y sin prueba alguna ha decidido que son «lo más», en una nueva forma de comulgar con la «naturaleza» a lo hippie. Pero es la agricultar industrial, e intensiva, la que eliminó el hambre en las partes del mundo en las que no ha hay hambre. Y es la falta de ella la que propicia hambrunas. Por que lo mas, siempre lo es para los menos. El arroz, alimento básico entre los básicos sube. Así lo constaté el pasado martes en Aldi. Las pastas suben, aunque no tanto (algunas, macarrones, bajaron) la comida que se puede almacenar va a subir más. El combustible baja, porque se prevee un colapso en las comunicaciones. Un paso más hacia la medievalización de esta sociedad pusilánime. Muchos llevaban soñando un tiempo ya con prohibir viajes, vuelos, turismo, etc. En su mayoría los mismos que dicen ahora que «el virus somos nosostros». Para todos ellos mis peores deseos. Una cosa que va a producir esta crisis es sin duda un impulso para dejar atrás muchas tonterias y ocupaciones fútiles. Y una vacuna, contra el virus y contra aquellos, que son aún más peligrosos.