Spain of the Dead, (c) Gabriel Cordero Huertas / Dr. Worst

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Con todo el cariño al equipo de rodaje de Juan de los Muertos

lunes, 2 de noviembre de 2020

La teoría de la inmersión del objeto y la victoria (previsible) de Trump

La teoría de la inmersión del objeto y la victoria (previsible) de Trump En las pasadas elecciones presidenciales de 2016, en Estados Unidos, vaticinaba a unos días vista la victoria de Trump. Escribía entonces que a Trump le acompaña el esperpento, si, pero, ¿no es un esperpento toda la política estadounidense?. Analicemos siquiera someramente algunos elementos. A muchos les parecía un chiste mi vaticinio. Hoy, pasado el periodo, la situación en Estados Unidos, apenas ha cambiado con respecto a lo que describía en mi artículo «Seamos pragmáticos: ¿Clinton o Trump? http://drworst.blogspot.com/2016/11/seamos-pragmaticos-clinton-o-trump.html El motivo por el que creo que va a revalidar su mandato, es porque Trump es exactamente lo que parecía ser, y porque los análisis al uso que muestran nuestras televisiones son meras manipulaciones, mas interesadas en vaticinar la realidad soñada por los políticos que las controlan que por aproximarse a la realidad. ¿Que es la realidad hoy para los medios sino una cuestión inventada? . Es la misma dinámica que hemos visto con respecto a China, o Rusia. Con la primera negamos su eficiencia en la lucha contra el coronavirus , con la segunda igual, y lanzamos todo tipo de tropelías, desde acusaciones de conspirar para invadir España (risible, como la magistratura), hasta las pretendidas «ansias» por destronar a Putin, que cualquiera que hayamos pisado el país no vemos por ninguna parte, siendo visible en cambio que el mandatario sigue contando con un apoyo que nuestros políticos occidentales ni sueñan. Yo mismo he sido testigo de innumerables ejemplos de desinformación transmitida por nuestros medios al servicio del Estado Español, como las insistentes noticias sobre manifestaciones contra el «regimen» ruso, en epocas y lugares de Rusia en los que yo estaba en aquellos momentos (así sucedió con las pretendidas revueltas en Moscú el cumpleaños de Putin), pudiendo constatar que las noticias iban de la exageración en el mejor de los casos a la más pura falsedad en ocasiones. Toda esta insistencia en contarnos cosas absurdas y ridículas, que ni un niño (educado en otra época, o simplemente “edcado”) tomaría en serio (como la pretensión de que Trump ha recomendado autoadministrarse lejía como remedio contra la enfermedad), son objeto de estudio de la teoría de la inmersión, un concepto que vengo acuñando para referirme a como la realidad no querida por los grupos de poder se intenta sumergir bajo un cúmulo creciente de noticias falsas o informaciones fuera de contexto, con la intención de modificar la realidad. Aunque tal información falsa puede provocar los conocidos efectos «halo», o «subirse al carro del ganador», que modifican ambos la percepción (y como corolario la conducta) de los destinatarios de la publicidad, el propio recurso al método evidencia algo que no debe pasar inavertido: cuando se intenta sumergir un hecho por todos los medios al alcance para negarlo, es que este hecho existe. La obviedad no necesita tantos esfuerzos. Y esto nos trae a la memoria el célebre aforismo nietzscheano, cuando nos tratan de presentar algo como si fuera imposible, inimaginable que fuera falso … es que es falso. Y lo que se está intentando desde hace no meses sino más de un año es demostrar (sumergir) que Trump es un impresentable y un incapaz que de ninguna de las maneras puede ganar estas elecciones. Y a esa conclusión se llega obviando dos cuestiones principales. La primera es que Trump es exactamente lo que dijo ser … no ha engañado, y hay que suponer que sus votantes le votaron por lo que dijo en la campaña anterior. La segunda, que la tergiversación de información en torno suya evidencia intentos hasta la desesperación por sus adversarios dentro y fuera del país para que no revalide el mandato. Y además, hay otra percepción que se pretende obviar, en consonancia con la primera conclusión anterior: Ha habido una férrea voluntad para impedir a Trump aplicar sus políticas, desde estamentos socioeconómicos altos y desde la judicatura, y el votante tiene ahí, y no es muy habitual, la testarudez de un político que contra viento y marea ha intentado, con la oposición más encarnizada, llevar a cabo sus proyectos, es decir, la causa de sus incumplimientos electorales ha sido la rebelión de los poderes fácticos … pero esto significa que no ha engañado a los votantes, que ya le votaron una vez por sus esbozos y proyectos, no es descabellado por lo tanto que vuelva a hacerlo. Y además estas percepciones lo colocan como a un hombre «hecho» al más puro estilo «american way» y … su contrincante … no es más que un millonariete anciano, que lo único que tiene que ofrecer es que no es Trump y quizás, tampoco Clinton. ¿Es esto suficiente para torcer la voluntad de los votantes? Creo que la demografía, y la técnica electoral, y no un cambio sustancial en la conciencia del electorado, son los factores más relevantes para la predicción del resultado electoral, y se han obviado (o quizás los datos precisos se han ocultado porque no muestan lo que los medios quieren mostrar). El desenlace, en breve. http://drworst.blogspot.com/2016/11/supertrump-nuevo-disco-breakfasting.html