A
priori la respuesta parece sencilla para la mayoría, es difícil no
decantarse por Clinton sin temer hacer el ridículo o sufrir alguna
amenaza, pero ¿son las cosas tan sencillas? La campaña electoral
estadounidense es un circo, lo ha demostrado una vez más, y los
mensajes suelen estar bastante faltos de contenido ... especialmente
los de la Sra. Clinton, que no dice nada que no se espere que diga,
que oculta cosas y a la que se ha pillado mintiendo ya en más de una
ocasión (reconociendo en privado que hará lo contrario a lo que
dice en público). Tuvo como bochornoso ejemplo a seguir a su marido.
Trump en cambio es un bocazas, habla demasiado, piensa demasiado poco
lo que va a decir y es espontáneo hasta el espasmo. Esto no quiere
decir ni mucho menos que todo lo que diga constituya su verdad
ideológica (lo que cree que es la verdad) ni mucho menos, pero da
una imagen más próxima lo que realmente es y representa, mientras
que Clinton no puede dejar de parecer una farsante. Por ese mismo
motivo se alinean con Trump muchas «celebrities» que tanto peso
tienen en la política estadounidense (me gustaría pensar que no
pasa lo mismo en España, pero por desgracia, aunque a otro nivel, no
es así).
A
Trump le acompaña el esperpento, eso sí, mientras que a su rival se
regodea en el maquiavelismo ¿Cuál de los dos es más peligroso?
Porque cuando se trata de Estados Unidos, hablemos claro, no se trata
de hablar de quién será nuestro mejor aliado, ni nuestro «amigo»,
se trata de dilucidar quién será menos peligroso para la paz y la
estabilidad mundial y quién menos nocivo. Seamos pragmáticos, lo
que ocurra dentro de las fronteras de Estados Unidos debería
importarnos un bledo, lo que desde Europa, que es un objetivo
estratégico para las diversas administraciones USA, debería
importar es quién es menos peligroso, quién tendrá menos capacidad
o pretensión de infiltración, y quién no operará mediante
avanzadillas britanas o germanas, desestabilizando todo el continente
con la única pretensión quizás de mermar la capacidad rusa, aunque
sus estúpidos amigos y «aliados» de este lado, especialmente los
alemanes no se den cuenta de lo que están haciendo, hasta que tarde,
quizás demasiado tarde vuelvan a reaccionar repitiendo su pasado.
A
Trump le acompaña el esperpento, si, pero, ¿no es un esperpento
toda la política estadounidense? Analicemos siquiera someramente
algunos elementos.
La insoportable
vacuidad de la campaña
La campaña
electoral estadounidense (comprobará el lector que me cuido muy
mucho de decir «norteamericana» y menos aún «americana», ya está
bien de alimentar el ego de estos que se creen los únicos americanos
, cuando no «civilizados del mundo) está marcada por la más
absoluta vacuidad de contenidos ¿quién dice más y quién menos?
¿quién dice algo?
Clinton,
salvo apelar al voto femenino que habría de indignarse con el
machismo de Trump, al voto latino por cuestiones tan sencillas como
viscerales y a su supuesta «madurez» como político (como persona
está clara) frente a la pretendida incapacidad de Trump , apenas ha
dicho nada ... ¿recortará los derechos al uso de armas? ¿tiene
alguna idea en concreto para acabar con la brutalidad policial? ¿tan
liberal que es podrá o pretende siquiera hacer algo contra la pena
de muerte ? ¿hará algo para reformar el sistema de justicia
estadounidense, que eso si que es esperpento como para tener
pesadillas? ¿Conseguirá lo que no ha conseguido su antecesor
negro, que la caza de negros deje de ser deporte nacional? ¿Se sabe
algo de su política económica? ¿ se sabe algo de que hará con el
sistema, por llamarlo de alguna manera de seguridad social de USA?
¿acabará con los salarios que no permiten salir de la pobreza
extrema aún a quién tiene trabajo (no olvidemos que Estados Unidos
tiene un índice bajísimo de paro, pero un altísimo de indigencia
y pobreza extrema, el trabajo no basta para vivir)?
Trump en
cambio si ha hecho unos esbozos , que aún siendo sólo esbozos ,
son claros. Habrá que desarrollarlos, pues son como «proyectos
empresariales» después vendrán los equipos de «experto»
seleccionados para realizar el trabajo. Esto no es muy distinto a lo
que pasa en otros lugares del mundo. Se podrán o no compartir sus
políticas, pero al menos de él sabemos algo:
Sabemos que es contrario al
multiculturalismo. ¿Esto es
bueno o malo? Pregúntenle a Huntington, si, ya sabemos que es tan
·«indeseable» como Trump ... pero la mayoría de las críticas
que se hacen a su «Choque de Civilizaciones» , especialmente las
que vienen de Iberoamérica y del «buenismo» europeo son tan
naif, que
en el país de los memos parece un genio. Pregúntenle a Walzer, en
el polo opuesto, cuyo tratado sobre la tolerancia es muy respetado
(incluso en Europa, donde la filosofía estadounidense, más allá
del pragmatismo, si es que existe tal cosa en sentido estricto, se
nos antoja habitualmente un tanto infantil). Pregúntenle
al gobierno belga, ejemplo mundial de multiculturalismo e
«integración», que ha convertido algunos de los bajos de
bruselas en campos libres para tiro y ha hecho florecer dentro todo
el el terrorismo islámico de Europa (o al menos el que ha
resultado más efectivo hasta la fecha) . Pregúntenle a franceses
y alemanes, que si siguen teniendo gobiernos tan alejados de las
inquietudes de su población, van a acabar aupando un nuevo
fascismo a la cúspide del Estado, como reacción. Pregúntenle a
los griegos, como amo ese país, y como me gustan sus calles, gente
y monumentos, y como no puedo dejar de sentir desde hace una década
la desazón de ver como están siendo invadidos otra vez por el
imperio otomano, porque lo que se ve en las plazas de Atenas (i.e.
Sintagma) en los parques, ante el propio museo ... es una invasión,
llámese como se quiera, pero es una invasión. Como si no fuese
suficiente con la pérdida de los territorios históricos, de la
invasión turca de Chipre y de la absoluta incapacidad de la Unión
Europea, que no teniendo bastante prefiere al otomano como aliado.
El multiculturalismo está agotado, es una manifestación tardía
del liberalismo que pretende hacerlo extensivo más allá del
paradigma para el que este fue teorizado (Locke), es decir de un
occidente de raíces cristianas, donde se busca la tolerancia para
acabar con las guerras de religión, pero guerras europeas. La
capacidad para asimilar culturas decae cuando las diferencias son
extremas. El multiculturalismo es también fruto en las ciencias
sociales de la antropología particularista (Boas) y todo eses
sistema se alimentó y propagó, únicamente para poner freno a las
ideologías materialistas que pudiesen entroncar con corrientes de
pensamiento marxista. Esas ideologías ya no son útiles ni para os
fines espureos para los que se concibieron, y se están mostrando
peligrosas.
Sabemos que defiende un sistema económico
capitalista de empresa que no es totalmente liberal. Y
no lo es porque defiende ciertas protecciones para los trabajadores
a las que no se atreverían a apoyar los «demócratas» a pesar de
que a Obama lo han tildado desde el bando «republicano» de
«comunista» . Alguna de estas medidas sociales, son
precisamente la fuente fundamental del rechazo que inspira a
miembros de su propio partido (aunque se pretenda otra cosa). Todo
se juega con y por el dólar. La política, en este sentido, de
Trump tiende a ser un tanto paternalista, y el obrero aunque sigue
siendo un obrero, como pasaba en el Estado Fascista Italiano, da la
impresión por los comentarios que ha ido haciendo de que se vería
como allí favorecido, frente al Estado sencillamente neoliberal,
para el que es poco más que capital (llámese humano») .
Sería demasiado complejo analizar en esta breves líneas el
contenido de las propuestas difusas. Pero una de las cosas que
promete Trump es un empleo industrial de mayor calidad, que permita
mantener una vida digna a quién lo tenga. Para los demócratas hoy
en día, defender algo que no sea una libertad contractual casi
absoluta para el empleador, es un anatema ¿quién está en este
aspecto más a la izquierda y más a la derecha?
Sabemos que
quiere poner freno a la inmigración ilegal . ¿Hay algún gobierno
estadounidense que no lo haya pretendido? Y ¿Hay algún gobierno
Europeo que no le pretenda? Salvo buenismos ingenuos, seamos de
Walzer (liberal) o de Huntington (ultraconservador) la capacidad
desestabilizadora de una inmigración masiva es evidente. Estados
Unidos aún no ha sido capaz ni de asimilar la diversidad étnica
constitutiva en su momento fundacional. De una forma o de otra los
movimientos libres de persona y su capacidad de asentamiento se han
de limitar, esto habrá quién lo diga y quién no m pero todos lo
harán. Trump habla de muros y expulsiones de «ilegales»,
lo cierto es que las expulsiones se hacen ya, y lo que también se
hace ya es disparar en la frontera contra los mexicanos , lo hace
la policía, y no es que quede impune, es que es legal, ¿por
qué nos llevamos las manos a la cabeza cuando nos hablan de un
muro? ¿es más humano el plomo de las balas?
Personalmente creo que Estados Unidos está recibiendo lo que
«merece» por razones históricas, invadieron y se apropiaron de
gran parte de México, ahora, de otra manera la invasión es
contraria. Muy pronto Estados Unidos va a dejar de ser un país de
origen anglosajón para serlo de origen iberoamericano, pero esa es
otra cuestión.
La campaña
electoral es un «reality show» más que se nutre del escándalo:
Hemos dicho que la política estadounidense es un esperpento y lo es
por muchos aspectos:
Un muy
honorable presidente de USA, puede perder toda su honorabilidad
porque l gusta mantener relaciones sexuales con mujeres, como le
pasó a Clinton. Sin embargo da igual que se apoyen guerras de
exterminio, que se invadan países soberanos, que se desestabilice
todo oriente medio para robar un poco de petróleo y de paso dar
lugar al nacimiento del «Estado Islámico», etc.
A Trump se
le pretende deslegitimar por sus comentarios o lenguaje malsonante,
lenguaje que además no se ha proferido en actos públicos sino en
principio en privado ... ¿quién de nosotros no ha dicho alguna
vez algo que le avergonzaría en público? Sobre todo tratándose
de sexo, ¿quién no ha ido alguna vez «demasiado lejos»? ¿Tiene
alguna importancia eso frente a la guerra en Europa que los
demócratas están empecinados en alentar, con tal de socavar el
poder de su enemigo Rusia?
La campaña
en definitiva se fundamenta en el insulto y la descalificación
personal. Mientras que se obvian las cosas importantes.
Estados Unidos
no es un país ilustrado: La religión.
Este es otro
aspecto que marca diferencias entre Estados Unidos y Europa, ya
clásico en comentarios, textos filosóficos, sociales y chistes de
todo tipo. El «moderno» Estados Unidos, tiene un sistema de
gobierno que podría denominarse «Teocracia Representativa». En
esto los dos candidatos no difieren mucho. Cuando los demócratas
tachan de conservadores a los republicanos, no pueden sino revolcarse
una vez más en el ridículo, así tenemos que mientras
Trump se apoya en las Iglesias Evangélicas, Clinton lo hace en las
Baptistas. Una vez mas ... ¿cuál es la diferencia?
La política
internacional
Este es el
aspecto fundamental que a los europeos nos debería interesar. Trump
dice de Clinton que si se la deja gobernar será capaz de provocar
una guerra en Europa contra Rusia. Esto no es descabellado, las
provocaciones contra Rusia no han parado desde que se disolvió la
URSS, han sido sistemáticas y hasta un medio para evaluar la
capacidad del gigante europeo-oriental. Las alarmas han saltado
cuando esta nación, que no es un problema para Europa, y
que debería ser nuestro aliado natural (y rectifiquemos ¿acaso
Rusia no es Europa?) ha dado las primeras muestras de que se acabó
el jugar. La política estadounidense, alentada en Europa por sus
estúpidos aliados alemanes, y los maliciosos de otros sitios
(especialmente británicos), ha dado como resultado una guerra fría
artificial y una desestabilización de Oriente Medio, que produce
terroristas que operan en territorio europeo. Estados Unidos está
convirtiendo Europa en un campo de batalla donde se libran las
guerras por sus propios intereses, con peones europeos. Como ya antes
la convirtió en un campo de pruebas para sus teorías económicas y
sociales La insensatez absoluta
de Europa, que ha colocado a Kosovo, teocracia islamista de fundación
terrorista como Estado soberano en el centro de Europa, y que
pretende reproducir en Siria, ahí al lado, lo que ya se ha hecho
antes en Irak, excede de la más malsana de las esquizofrenias. Solo
la locura o la maldad extremas pueden apoyar estas insensateces.
Trump es el único capaz de hacer autocrítica sobre esto.
Clinton ha prometido en cambio aumentar la presión sobre Rusia y
utilizar a la OTAN para provocarla, es decir utilizar a los imbéciles
Estados europeos, que si tuvieran mandatarios con dos dedos de frente
saldrían todos por patas de la Alianza Atlántica, organización
militar que no tiene más fin que perpetuar el poder de USA
sobre Europa y hacer de Turquía, precisamente para erosionar aún
más la capacidad de Europa, un enemigo inviolable, a la vez que
procurar el enfrentamiento continuo con quien debería ser nuestro
aliado natural Rusia, que es nuestro vecino y quién nunca nos ha
dado problemas, precisamente. Trump,
por contra, en este aspecto es un pequeño Stalin, pretende
concentrarse en su país de puertas (o muros) adentro, y no le
preocupa mucho adentrarse más allá, salvo en un estrecho cinturón
de seguridad que permita a los «americanos» sentirse a salvo.
Conclusión
Atendiendo
a lo que se puede esperar de ambos candidatos, sin duda el menos
peligroso para Europa (y presumiblemente para el resto del mundo) es
Donald Trump, y también el único que no alberga pretensiones de
manipular Europa para dirigir una guerra contra Rusia. En cambio
Clinton sólo propone en este aspecto mano dura, es decir tensar las
relaciones con nuestro gigante vecino. Propone igualmente continuar
sus chanzas en Oriente, al más puro estilo invasión de Irak, ¿qué
la separa entonces de aquellos republicanos que lo iniciaron todo? Si
somos pragmáticos, como los estadounidenses lo son, y no nos
preocupamos de lo que pase de puertas adentro en USA, y sin que esté
tampoco claro que a los estadounidenses les vaya a ir mejor con un
candidato u otro, todo
apunta a que deberíamos preferir a Trump.
Mi
apuesta personal: quizás gane Trump, ¿por qué? Porque lo tiene
todo en contra, es el «antisistema» actual en USA y el hecho de que
se reconozca que está tan cerca de Clinton, teniendo en cuenta que
los medios tergiversarán la información para tratar de influir
sobre el resultado, podría indicar que sus expectativas son mayores
que las que dan a conocer los mass
media. Es
decir, se le sitúa demasiado cerca del éxito, si descontamos la
propaganda y exageraciones en su contra ... da la impresión de que
podría estar no sólo cerca. Lo veremos en horas.