Cayó
la Kirchner, pero no calló. Cayó Maduro a pesar de estar muy verde.
Y salió a la palestra Fidel, a defender al ángel caído. Esta vez
el pajarito de Chaves no apareció para dar ánimos, así que podrían
haber tenido un poco más de humildad. Pero lo que me molesta de
verdad es la actitud de Castro. Definitivamente la muerte es una
bendición necesaria, porque quienes duran demasiado demuestran hasta
qué punto se puede hacer el ridículo. Y si todos fuésemos eternos
acabaríamos pasando por ese aro. ¿Como puede ese Fidel que fue
héroe, intelectual, hábil y leal mandatario, a la vez que realista
y pragmático apoyar a ese perro pachón de Maduro? ¿Conspiraciones
«imperiales» para hundir Venezuela? Venga anciano, Venezuela ha
demostrado muy bien ser capaz solita de ponerse hasta el cuello de
fango. La culpa no es de Darth Vader, simplemente es que Maduro ,
además de estar muy verde, de ser un ignorante oportunista y
malhallado, ya no tiene «la fuerza» a su lado. Y no es que se haya
vuelto caballero oscuro, que de lo primero no tiene ni un átomo.
Tras
mis sucesivos desencantos con Cuba, a través de mis viajes como
antropólogo y a mis experiencias, ajusté cuentas definitivamente
con su modelo de sociedad decadente en mi extenso ensayo «Escisión
y formación de conciencias ante el proselitismo neoliberal. Un
ejemplo paradigmático en el caso de la Revolución Cubana hoy, vista
desde ambos lados: comercio, sexo y tecnologías de la comunicación»
, incluido en el libro «Cultura vivida, cultura sentida:
Construcción de identidades en el mundo globalizado» editado ese
2015 por editorial Ybris con motivo del 55 Congreso Internacional de
Americanistas. Como explico allí, Cuba supone una crisis existencial
para mí pues desintegra un paradigma y una utopía sin dejar apenas
resquicios para la esperanza. Pero mi aprecio por Fidel se mantenía,
uno que no tuvo nunca Chaves a pesar de que su primer ascenso al
poder me pareció positivo, como tampoco lo tuvo nunca Morales aunque
inicialmente por su indigenismo me pareció positivo también su
encumbramiento. Hoy ya es cierto que ni el indigenismo me parece
positivo. Que el socialismo de siglo XXI ha demostrado ser una
religión para iluminados a lo sociata, analfabetos de métodos
malsanos e intenciones poco claras. Todas estas cohortes de
malandrines no hacen sino ridiculizar los esfuerzos de quienes
pensaron que daban sus vidas por algo y malhograr más las
revoluciones que los contrarevolucionarios.
Pero
tú Fidel, siempre te había admirado. Empieza a caer para mí tu
mito. Debiste permanecer callado, como estos meses pasados. Tú que
tan bien has sabido escribir a veces, si, que tus críticos
habitualmente ni te han leído ni tienen cultura suficiente para
aproximarse a algunos de tus trabajos. De verdad compañero que este
es el último descalabro.
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