Hace cerca de 5 años, alguien (femenino) me explicaba lo que es el rojo puta, uhm. ¡Qué desilusión! Me aclaraba y no terminaba de entender el porqué, pues es el color del carmine que tanto me gustaba en labios de mujer. Hoy en cambio, ante una espuluznante visión dantesca lo he comprendido por fin: He visto a Soraya Saénz de Santamaría ¡Santa María! en los informativos para teleinvidentes , de tertuliana torturiana. Al ver como ha trastocado su rosa infantil, tan infantil como su malicia natural, impremeditada, me di cuenta: ahora lo veo, rojo, puta. Y casi ha cambiado mi gusto, del susto. Afortunadamente, y aunque no está de moda ser galán en España, basta flirtear con una zagala bien ataviada, para olvidarse de las alimañas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario