Muy
mal tienen que estar las cosas para que la prensa publique hoy que
una de las tres «buenas noticias sobre el coronavirus» es que
Bisbal y Rozalén
se unen para cantar «Resistiré» desde sus casas. El
«Resistiré» de El Dúo Dinámico. Prefiero quedarme con el
“Resistiré” de Barón Rojo
Uno de los mayores riesgos de este nuevo rey de los virus, hasta
coronado está, vengo diciendo que es la entropía social. Desorden
que puede provocar más muertes directas , e infinitamente más
indirectas, y secuelas muy graves y perdurables que la enfermedad
biológica misma, que ya ha demostrado que su potencia fue
infravalorada, también por mí que en esto he vivido la fantasía de
invulnerabilidad, por haber sobrevivido en México DF, 2009, a la
pandemia entonces naciente del H1N1 (gripe mal llamda «mexicana»
porque no se originó allí). Piensen que hace sólo unos días,
Brasil amanecía al borde de un golpe de Estado, o al menos con la
amenaza, quizás como globo sonda flotando en el aire. Se hablaba de
militares «recomendando» un cambio de presidente, ya fuera por vía
de juicio político, o «cualquier» otra fórmula. Lo importante era
el transfondo del mensaje, el cambio sería avalado por el ejército,
siendo el acto más importante que la fórmula, es decir abriendo
puerta un método históricamente bastante común en Iberoamérica
para cambiar sistemas políticos. Más cercana, y más preocupante,
la situación de Italia, donde del Laccio, para abajo, se están
produciendo llamadas a la rebelión, en un clima aderezado por un
país que rivaliza con España en cuanto al desastre ocasionado por
el Covid-19, el «patrón latino» de desarrollo al que se refería
Tortella, parece que es aplicable también al desastre. Nuestros dos
países, hermanos, se han puesto a la cabeza en cuanto a muerte y
destrucción, y en cuanto a crisis económica que aún no se
advierte, simplemente porque no nos dejan salir a la calle para
verla. Llamadas a la rebelión en uno de los países más
importantes de la UE, en cuanto a población junto con España, ni
más ni menos que porque alrededor de medio millón de personas
tienen carestía de alimentos. Llamadas a la rebelión, robos,
saqueos, asaltos de supermercados, amenazas a los políticos y auge
de la mafia.
A veces nos olvidamos, porque nos acomodamos rápidamente, de que
estamos viviendo el periodo más largo de entreguerras en Europa
vivido jamás (si descontamos las guerras de los Balcanes) y que la
tónica en Europa ha sido la guerra casi continua desde la caída del
Imperio Romano. En el siglo XX las dos Mundiales y la Civil Española,
en el siglo anterior las andanzas delirantes de Napoleón Bonaparte
(en nombre de la libertad, como todos) , un siglo más atrás la de
los 7 años, otro más la de los treinta, bajando hasta el
renacimiento, ya se puede perder la cuenta en intrigas y actos que
hoy llamaríamos terrorismo de Estado, y si descendemos a la Edad
Media, sencillamente hablaríamos de barbarie. Las comodidades que
disfrutamos, esas que desde otros lugares del mundo se creen que son
injustamente monopolizadas por nosotros, han costado millones y
millones de muertos, convertidos en capital. Pero eso que lo cuente
Marx, que lo hace mucho mejor, y cuya lectura vendría muy bien a los
«marxistas» contemporáneos. Lo que aquí importa, es sólo
recordar, que nuestra aparente situación acomodaticía, se tiene en
precario. Y que la crisis o se gestiona bien, o sólo será el inicio
de lo que vendrá.
Así
las cosas, si la primera víctima de toda guerra es la verdad, en
este trance la segunda parece ser la inteligencia. Día a día nos
están diciendo que la pandemia se controla, que llegamos al pico,
que cambio de tendencia… efectivamente hay un cambio radical en la
tendencia a engañar que se exacerba. Ya no se hacen pruebas
diagnósticas a casos leves ni a graves, ojo, ni a graves,
y la instrucción dada es que no se contabilicen como muertos por
coronavirus aquellos a a los que no se les hayan hecho análisis
previos. Igualmente no se permite el análisis de los
cadáveres, lo cual es razonable por la situación de desbordamiento,
pero aún así, cada día hay más muertos.
Y en este estado
de cosas, ABC publica hoy que hay tres grandes noticias en
relación al coronavirus, noticias buenas:
la primera ciertamente, aunque irrelevante desde el punto de vista
estadístico, se salva un bebé en Italia; la segunda, es
una ocurrencia no contrastada
; pero
la última, por todos los demonios es que Manuel
Carrasco, Bisbal y Rozalén se
unen para cantar «Resistiré» desde sus casas. El
«Resistiré» de El Dúo Dinámico. Si esta es la buena noticia, muy
mal tienen que andar las cosas, y muy cortas las mentes. Yo prefiero
quedarme con el “Resistiré” de Barón Rojo, especialmente con
estas estrofas: «Por poder nos destruís, suciamente mentís
[...]Ordenáis a los profetas, que hablen de la guerra mundíal […]
Y queréis hacer creer, que os importa nuestro bien , pero oculta en
el disfraz, hay un arma mortal; nos habláis de sumisión, nos pedís
resignación, pero no me dejaré engañar … Resistiré …
Pues eso, a resistir, que viene lo bueno.
FUENTES: